Lowenfeld profundiza en esta etapa hablando de hasta tres tipos diferentes de garabateos:
Incontrolado El niño comienza a garabatear al rededor del año de edad. Estos primeros dibujos no tienen sentido ni representan nada, y son desordenados, porque el niño aún no tiene ningún control sobre sus movimientos. Tampoco muestra interés por el color.
Controlado El niño se va dando cuenta de cómo sus movimientos afectan al papel. En este momento al niño ya le atraen los cambios de color.
Con nombre El niño observa los garabatos y les busca un significado: “eso es una casa”, “ese es un niño”. Pero esta explicación es cuando ya ha terminado el niño no intentaba dibujar eso y no hay concordancia de color, por ejemplo, lo que ha dibujado con rojo dice que es un árbol.
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